8/1/10

Junto a ti, María


Quizás, estamos muy acostumbrados a escuchar esta frase: "Junto a ti, María". Quizá hayamos olvidado su sentido profundo; quizá ya no resuena nada en nuestro interior porque se nos ha hecho una frase más del común. Pero lo cierto es que sentir pronunciar esta frase en boca de los pobres, de los sedientos de justicia y de paz, es recobrar la confianza y la esperanza de saber que nunca estamos solos.
A nuestro lado tenemos siempre a una Madre que nos acompaña en las luchas de cada día, que se hace peregrina y extranjera con nosotros, avivando y haciendo paciente la espera que en ella se vuelve esperanza, llena de sentido y fuerzas para seguir en la lucha.
Esta ha sido mi experiencia al dedicar una jornada de retiro con este lema: “Junto a ti, María” en preparación para la navidad, con los emigrantes latinoamericanos en Roma. Sin pretenderlo, ellos han tocado mi corazón, haciéndome recuperar el verdadero sentido de la navidad, que con tantas distracciones puede ser pura teoría y algo poco encarnado en la realidad. Fue una experiencia en la que constaté con todos los sentidos el modo como Dios se encarna en las personas de manera tan sencilla, sin mucho ruido. Ahora puedo afirmar con toda certeza que Dios es amor. Es capaz de transformar y conducir vidas si se le deja actuar; solo Él es capaz de llenar de sentido los sin sabores con los que algunas situaciones marcan la vida. Él es quien enciende en todos la esperanza, derramando su amor en cada corazón, donándose y haciendo abundante la misericordia, convirtiendo en posibilidad todo aquello que a simple vista parecía imposible. Yo lo he visto y mi fe se ha hecho grande al ver el modo tan particular con que Dios acoge a cada uno con lo que es.
Ese día comprendí que Dios no necesita de mis conocimientos de teología para que pueda acercarme a Él, solamente espera mi corazón pobre, humilde, sediento de Él, abierto de par en par para dejarlo entrar.
Que María nuestra Madre, nos enseñe a contemplar la realidad en su sentido profundo, con los ojos de Dios, para que podamos contemplar a fondo la realidad que nos rodea. Que cada vez que pasemos junto al pobre, el hambriento, el desnudo, el enfermo, el marginado, podamos reconocer en esa persona el rostro de Jesús.
Brisaida Carreño, rp.

ENCUENTRO SUPERIORAS AMÉRICA 2011

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ESPECIAL EUCARISTÍA (novedades!)

En esta sección iremos poniendo algunos documentos sobre la Eucaristía que nos pueden ayudar a vivirla con más profundidad.
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"Haced, Dios mío, que no desee ni busque nunca más que serviros en la forma que Vos queráis." (M. Alberta)