31/3/10

Locura de amor


Recursos para Semana Santa: AQUÍ

Plegaria al Corazón de Cristo:

Corazón de Jesús, que sabes despojarte de tu rango por amor haciéndote uno de tantos, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Jesús, que no te aferras a tu categoría de Dios, sino que asumes la condición de siervo por amor, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Cristo, entregado por nosotros, samaritano del mundo, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Cristo, grano fecundo de trigo en el surco de la historia, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Jesús, entregado en la Eucaristía como ofrenda filial de amor al Padre, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Cristo, que lavando los pies a tus amigos nos invitas con tus gestos al servicio fraterno, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Jesús, exaltado y triunfante sobre el egoísmo y el desamor de la humanidad, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Jesús, que de criador has venido a hacerte hombre y de vida eterna a muerte temporal, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Cristo, que clavado en la cruz, de tu costado manó sangre y agua, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Cristo, que en lo alto de la cruz atraes hacia ti y fascinas todas nuestras miradas, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Jesús abierto en la cruz, que nos entregas tu Espíritu, el Espíritu de la filiación, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Cristo atravesado por nuestros delitos, que nos amas y te entregas en cuerpo y sangre por cada uno de nosotros, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Jesús, manantial oculto de donde mana para todos la nueva vida, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Jesús, tesoro escondido de dimensiones y riquezas inabarcables, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Cristo, que renuevas la confianza con los tuyos y vienes a ellos con el oficio de consolar, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Cristo, amor oculto y vivo que nos abre el corazón del Padre, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Jesús resucitado, fuerza para nuestra debilidad y derroche de esperanza para todos, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Corazón de Cristo, el Viviente, que nos haces tocar tus heridas para sanar en profundidad las nuestras, R/ Danos un corazón semejante al tuyo

Padre bueno, que has querido entregarnos el tesoro de tu amor en el corazón atravesado de tu Hijo, el Amado, danos “interno conocimiento” de su amor, para que podamos gozar de un corazón semejante al suyo. Por medio de María, nuestra Señora, te lo pedimos en el Espíritu del Amor. Amén




29/3/10

El corazón del mundo


Comienza el ciclo del amor. Las palas de Dios se hunden en lo profundo, y de los bajos mundos de las almas recogen el barro chorreante y lo cargan en el corazón central. Todo lo que es pesado y arduo se sumerge en el baño purificador de la misericordia; la fatiga y la desesperación se arrastran al corazón, que las acoge. Él vive en servicio. No quiere glorificarse a sí mismo, sino sólo al Padre. No habla de su amor. Realiza su servicio tan imperceptiblemente, que casi llega uno a olvidarse de él, como olvidamos nuestro corazón en el ajetreo de los negocios. Pensamos que la vida vive de sí misma. Nadie se pone a escuchar, ni siquiera durante un segundo, a su corazón, que sin embargo nos está regalando hora tras hora.
[...] Se han acostumbrado al amor. Y ya no oyen la mano que llama, que día y noche llama a la puerta de su alma, ya no oyen esta pregunta, esta petición de permiso para entrar.
(H. U. von Balthasar)

27/3/10

Unción en Betania

Este mosaico del P. Rupnik nos permite situarnos ante las puertas de la Semana Santa y sintonizar nuestro corazón con el de Jesús que se encamina hacia la Pascua, hacia la entrega total.

El vaso roto y el perfume que sale con color dorado, recuerdan a la crucifixión: allí también hay un corazón roto y algo que fluye: la sangre de Cristo, símbolo del amor inconmensurable de Dios.
La mujer no hace otra cosa que responder de la misma forma que el amor reparador de Cristo. Sólo el amor puede reparar la brecha que el odio infringe al mundo. Solo un amor capaz de romperse y derrocharse puede curar las heridas.

Ésta es la manera de servir al mundo. Por eso él está sentado como un rey, rey de los servidores; y como un sacerdote, con la estola dorada de la misericordia. El lienzo que desciende de la cintura de la mujer, envuelve los pies como preludio de su mortaja, como anticipo de lo que va a suponer el cúlmen de su vida: su entrega hasta la muerte.

La pecadora no hace más que unirse al amor redentor de Dios, asumiendo su misma dinámica de entrega total sin reservarse nada.

Para orar

Pon tu mano sobre tu corazón, como lo hace la pecadora. ¿Qué experiencia tiene del amor tu corazón roto? ¿Siente agradecimiento hacia Dios?

¿Estás dispuesta a “romper el frasco” de tu vida, a entregarlo todo, a ungir con todos tus sueños y proyectos, a Aquel que te ha amado tanto?

Toma la toalla que ciñe a la pecadora y que amortaja los pies de Jesús. Es la misma que ciñó Jesús cuando les lava los pies a los discípulos. Te está invitando a hacer lo mismo. ¿Quién reclama tu servicio generoso?

(publicado por: Sacerdotes del Sagrado Corazón)



25/3/10

Anunciación




"Hágase"
Gracias, María, por hacer presente el Amor.

20/3/10

Misericordia


“Deseo transformarme en tu misericordia y ser un vivo reflejo de ti, oh Señor.

Que este más grande atributo de Dios, es decir su insondable misericordia,

pase a través de mi corazón y mi alma al prójimo.

Ayúdame Señor, a que mis ojos sean misericordiosos

para que yo jamás sospeche o juzgue según las apariencias,

sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.

Ayúdame Señor, a que mis oídos sean misericordiosos

para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo

y no sea indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame Señor, a que mi lengua sea misericordiosa

para que jamás critique a mi prójimo

sino que tenga una palabra de consuelo y de perdón para todos.

Ayúdame Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras

para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo

y cargar sobre mí las tareas más difíciles y penosas.

Ayúdame Señor, a que mis pies sean misericordiosos

para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo,

dominando mi propia fatiga y mi cansancio.

Mi reposo verdadero está en el servicio a mi prójimo.

Ayúdame Señor, a que mi corazón sea misericordioso

para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo.

A nadie le rehusaré mi corazón.

Seré sincera incluso con aquellos de los cuales sé que abusarán de mi bondad.

Y yo misma me encerraré en el misericordiosísimo Corazón de Jesús.

Soportaré mis propios sufrimientos en silencio.

Que tu misericordia, oh Señor, repose dentro de mí.

Jesús mío, transfórmame en ti porque tú lo puedes todo”.

(Sor Faustina Kowalska, Diario No.163)

ENCUENTRO SUPERIORAS AMÉRICA 2011

CURSOS INTERESANTES

ESPECIAL EUCARISTÍA (novedades!)

En esta sección iremos poniendo algunos documentos sobre la Eucaristía que nos pueden ayudar a vivirla con más profundidad.
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"Haced, Dios mío, que no desee ni busque nunca más que serviros en la forma que Vos queráis." (M. Alberta)