14/6/10

Comunidad, armonía de lo diverso


Aunque reconozcamos los valores de la comunidad y de la vida comunitaria, también es cierto que nuestra decepción ante la vida en comunidad es frecuentemente grande, muy grande. La vida en comunidad de vida se hace difícil, muy difícil. Nos resulta más fácil y atractivo formar comunidades pasajeras, que comunidades permanentes. Pensemos en una comunidad deportiva o litúrgica; en una comunidad de comida, o de estudio. Lo difícil es formar una comundidad de vida. En los monasterios con voto o promesa de estabilidad, la comunidad es por toda la vida. En nuestras comunidades apostólicas la comunidad de vida es por algunas años, normalmente. Nosotros vivimos la comunión, sobre todo, a nivel provincial o congregacional.

Pero ¿qué nos pasa con la comunidad? ¿Por qué tanta insatisfacción? Pienso que los miembros de la comunidad somos los que somos y no cambiamos tan fácilmente: “genio y figura…”. Lo único posible es cambiar la perspectiva: descubrir la “otra dimensión”, la belleza que la habita, desde la pura materialidad hasta la espiritualidad culminante. Continúa leyendo AQUÍ

J. Cristo Rey García Paredes, cmf.

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En esta sección iremos poniendo algunos documentos sobre la Eucaristía que nos pueden ayudar a vivirla con más profundidad.
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"Haced, Dios mío, que no desee ni busque nunca más que serviros en la forma que Vos queráis." (M. Alberta)