Lo cotidiano, lugar de formación (III)

"El Evangelio es un saber que nos muestra caminos, que nos pone ante la opción más decisiva de la vida: la bienaventuranza o la desgracia, la bendición o la maldición. Y lo que llamamos identidad de los consagrados es el fruto de una experiencia de encuentro personal con Jesús que nos ha desatado unas formas nuevas de organizar la vida que siempre son una disyuntiva: el modo como vivimos el bienestar o el malestar, el uso que hacemos de la pobreza o de la riqueza, el modo como empleamos o malgastamos nuestro tiempo, la valoración que hacemos de unas personas u otras, la orientación de nuestros intereses en este o este otro sentido, la lógica egoísta o altruista del amor y la sexualidad, y hasta la misma dinámica de la orientación de nuestros deseos. Es decir, todo lo que configura lo cotidiano de la vida..." X. Quinzà, SJ. Texto completo