
"Dios parece ser demasiado débil ante el mundo. Todo parece ocurrir como tiene que ocurrir. Ya no parece haber en todo el mundo y en la historia de la humanidad lugar para un Dios que actúa, concede y ayuda. También aquí tiene el hombre algo que aprender, y por cierto muy importante: los acontecimientos del mundo, y el mundo mismo, no son algo cerrado en sí mismos, sino que se completan en la interioridad del hombre". Lee el texto completo aquí.