... Con cariño cada día que amanece.
Con susurros en el silencio de
la noche.
Con ternura cuando el cansancio nos vence.
A gritos en el ruido del
mundo.
Con constancia cuando nos equivocamos de camino siempre llamas.
Desde el
dolor de los que sufren sin consuelo.
Desde la alegría de los que cantan a la vida.
Desde el amor
de los que atienden al prójimo.
Desde la pasión de los que se olvidan de sí
mismos. Siempre llamas.
(Gabino Ulibarri, sj)
(Gabino Ulibarri, sj)