
Aquí os dejamos un retiro que nos puede servir para ESPERARLE. Pincha aquí.
Desde aquí queremos hacer eco del deseo expresado por Alberta Giménez: "Que Dios haga sepamos aprovechar tantos beneficios y tantos medios como pone en nuestras manos para atraernos a sí" [C. 236]. En este espacio, las Hermanas de la Pureza de María queremos hacernos conscientes de esos beneficios que recibimos diariamente de Dios, queremos acogerlos, agradecerlos, aprovecharnos de ellos, dejarnos atraer cada vez más intensamente por Él y poderlos compartir con todos vosotros.
La familia de consagrados que encarnan hoy esta forma de vida cristiana está constituida por cerca de un millón de hombres y mujeres en la Iglesia, presentes en todos los continentes al servicio de las Iglesias locales y de los pueblos a los que éstas sirven y anuncian el Evangelio.
Josep María Abella, CMF (Vice-presidente de la USG). L´Osservatore Romano 17.11.2010
Señor Jesús, durante estos días hemos estado orando y reflexionando sobre lo que se esconde tras la pureza de tu Madre. Hemos visto su pureza en su alma contemplativa, en la limpieza de su corazón, en el alba de la mañana, en su vida traspasada por la espada de dolor, en un corazón que se hace refugio de pecadores, en un fiat que permanece eterno en el tiempo y abre las puertas de nuestra salvación. La hemos llamado “Madre de las cosas recreadas” porque todo su ser se ha transformado en respuesta a tu deseo de hacer nuevas todas las cosas.
Todo eso y más es la Pureza de María, es toda una vida que apunta hacia Dios y que se pierde en Dios, es un deseo de darse que se abre a todos los hombres, de todos los tiempos, de todas razas y lenguas… y es que a María no le basta toda la historia para responder a tu invitación desde la cruz: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Por eso la llamarán dichosa todas las generaciones, porque su dicha es la de la Madre que siempre escucha, que tiene el corazón volcado hacia sus hijos, que siempre ama, que siempre atiende nuestras súplicas.
Eres Pureza, María, nos sumergimos en esta palabra y nunca tocamos fondo, queremos apresar su significado y se nos escapa como agua entre las manos.
Pureza es el blanco del lirio, la luz de la mañana, el resplandor de la estrella que marca el camino; pero es también el rojo de la sangre, la oscuridad de la fe, la mirada que se pierde tras el Hijo que parte, la mano que se tiende al pobre, el abrazo al pecador.
Pureza es toda tu vida, Madre; y tu vida es un cristal que deja ver sin detener en él la mirada. Tu vida es transparencia, es puerta, es corazón que guarda . Tu vida es tu Hijo, tu vida son nuestros alumnos, nuestras familias, nuestra gente, tu vida somos nosotras, tus hijas de la Pureza.
Míranos con compasión y enséñanos a compaginar el trabajo y la oración, a dejar reposar en nosotras la Palabra.
Míranos con compasión y enséñanos a ser libres ante las cosas del mundo y auténticas hermanas de los hombres. Míranos con compasión a cada una y a todas juntas, míranos en nuestra soledad y míranos en nuestro convivir. Míranos con compasión y llévanos a Jesús, haznos Eucaristía. Míranos con compasión y reposa tu mirada en nuestra vida, en nuestras comunidades, en nuestras obras y calladamente recréanos a imagen de tu Hijo, al aire del Espíritu, a la luz de tu pureza. Amén.
"Haced, Dios mío, que no desee ni busque nunca más que serviros en la forma que Vos queráis." (M. Alberta)